Cracovia

domingo, 17 de agosto de 2008


Centro cultural, capital del voivodato de Pequeña Polonia (una de las 16 provincias que componen la república de Polonia) y antigua capital del país, esta ciudad a orillas del Vístula es una de las más visitadas por los turistas que eligen Polonia como destino para sus vacaciones. Al contrario que ocurrió con Varsovia durante la II Guerra mundial, Cracovia no sufrió apenas daños y ha permanecido con su arquitectura intacta hasta nuestros días.

Nosotros llegamos a Cracovia desde Berlín en un tren nocturno que tardaba 10 horas desde la Hautbanhof. El tren más antiguo que he pisado en mi vida y en que los robos a los pasajeros están a la orden del día ,así que si ese es tu medio de transporte elegido y quieres echarte a dormir, ponte la mochila como almohada y debajo de la ropa todo lo que tengas de valor. De esta forma nunca sufrí percances en el tren, pero en uno de los viajes que hice de esta manera a Polonia a una compañera de viaje poco precavida le hicieron una gran faena dejándola no solo sin dinero, sino lo que es peor, sin pasaporte en un país en el que lo único que se habla es polaco y donde necesitarás los servicios de un intérprete en inglés para poner la correspondiente denuncia en la comisaría de policía y que te arreglen en tu embajada en Varsovia un visado en polaco que la policía Alemana en la frontera de vuelta no tendrá ningunas ganas de aceptar si no eres lo suficientemente persuasivo. Además no cuentes con la ayuda del revisor del tren que a pesar de entender alemán o inglés te dirá que no entiende nada por evitarse complicaciones.

Dicho esto, y para no quitar las ganas ni sembrar el pánico entre aquellos que tenían pensado visitar la ciudad, tengo que aclarar que el resto de los polacos son gente muy simpática y amable y dispuesta a ayudarte por la calle siempre que lo necesites, que polonia o al menos lo que he visto de este país es precioso y que merece la pena ir. Lo demás es una mezcla de mala suerte y poca precaución.

Creo que el verano es la mejor época para visitar Cracovia, sobretodo en Junio, més en el que podremos ver en la Plaza Mayor a Lajkonik, un personaje que evoca la invasión Tártara. Nunca he ido en invierno pero dicen que sus belenes son dignos de admirar aunque advierto que una vez fui en Abril y hacía un frío insoportable. Eso sí, no os recomiendo ir en Semana Santa a no ser que seáis devotísimos. Polonia es un país muy católico y con un fuerte sentimiento religioso. en Semana Santa se paraliza todo y la ciudad es invadida por cientos de procesiones.

Una de las cosas que me llamó la atención en cuanto me bajé del tren fue que en cuanto te ven llegar, se te acercan personas con álbumes de fotos de sus casas convertidas en hostales para convencerte de que te alojes allí. La primera vez que fui probé esa modalidad y salió bien, cinco euros la noche, habitaciones y camas limpias y un baño compartido con otras dos habitaciónes. Teniendo en cuenta que ocupamos dos de las tres que tenía el piso, no estaba mal. La segunda vez elegimos albergue cerca de la estación de trenes.

Cracovia es facil de visitar en poco tiempo porque casi todo se concentra en el barrio antiguo llamado Stare Miasto y el barrio judío de Kazimierz. Para empezar con el casco antiguo seguiríamos la Vía Regia o antiguo camino real que seguían los monarcas para llegar al Castillo y partiríamos de la Barbakan o antigua puerta de la ciudad rodeada de un foso con los restos de las viejas murallas de Cracovia.


Barbakan

Dicen que antiguamente la barbakan conectaba con la Brama (puerta) Florianska a través de un pasadizo subterráneo aunque ahora se ha convertido en un salón de eventos culturales. Cruzando la puerta de Florián llegamos a la Ulika Florianska que es la calle principal de Cracovia, llena de tiendas, bares y restaurantes y que nos conduce directamente a la Plaza Mayor.

Ulika FLorianska

En esta plaza medieval se concentran los edificios del Mercado (antigua lonja de paños), el museo de Cracovia, la Torre del Ayuntamiento y la Iglesia de Santa María.

El mercado es un edificio imponente. En la planta baja encontrarás un enorme mercadillo de artesanía y en la planta de arriba podrás disfrutar de la galería de pintura polaca.

Mercado de Paños

Casi en frente del mercado está la iglesia de Santa María de estilo gótico. De gran importancia artística son las pinturas que decoran la iglesia y su altar medieval. Yo no estoy muy puesta en arte y lo único que puedo decir es que me impresionó pero quien tenga más conocimiento sobre estas cosas valorará sin duda mejor la belleza de ese altar ya que por lo visto es único.

Una cosa curiosa que tiene esta iglesia es que a cada hora en punto, una trompeta suena desde las torres. Se dice que este toque de trompeta suena en recuerdo del trompetero que hacía sonar la trompeta avisando de las incursiones del ejército tártaro en Cracovia durante el siglo XIII y que fue abatido por los tártaros con una flecha mientras avisaba y no pudo completar el toque.

Iglesia de Santa María

La torre del ayuntamiento alberga el museo histórico de Cracovia y se puede subir a disfrutar una preciosas vistas de la ciudad. En los sótanos todavía se conservan intactas las antiguas salas de tortura convertidas en bares.

Siguiendo por la antigua Vía Regia atraviesamos la Plaza Mayor y tomamos la Ulica Grodzka para llegar hasta el castillo de Wawel. En esta calle hay varias iglesias y edificios históricos como el de la escuela de leyes, fundada en el siglo XV.

Al final llegamos a la colina de Wawel uno de los conjuntos arquitectónicos más valiosos del mundo coronada por su castillo, antigua residencia de los reyes polacos, y la catedral. Tanto la catedral como el castillo datan del siglo XI, pueden visitarse con un límite diario de visitantes y es curiosa la cueva del dragón, un pasadizo abierto en la roca en el que se creía que habitaba el dragón de Cracovia y que parte de él está abierto al público. El castillo de Wawel alberga las colecciones de arte estatal y el tesoro de la corona.


Dragón de Cracovia

Contigua al castillo encontramos la catedral, un edificio precioso del siglo XI y panteón de muchos reyes polacos. Cuenta con 20 capillas y fue lugar de coronaciones y entierros de reyes hasta que la capital de Polonia se trasladó a Varsovia. Cada capilla tiene su motivo para visitarla, las tumbas de reyes, reinas, los tapices que las adornan... Es junto con el castillo uno de los monumentos de Cracovia que es imposible perderse.


Catedral

Con esto tendríamos visto el centro histórico de la ciudad y nos dirigiremos al barrio de Kazimierz bajando por una escalera situada a la derecha de la puerta de acceso de Wawel, cogemos la calle Dietla hasta la calle Stanislawa y llegamos a una plaza donde se alza la basílica de San Miguel y el convento de los paulistas que todavía conserva restos de las antiguas murallas de la ciudad. Salimos de la plaza por la calle Skateczna hasta la la calle Augustianska, torcemos a mano derecha y cogemos la calle Wegtowa hasta la plaza Wolnica y ya estamos dentro de Kazimierz, delante de su ayuntamiento del siglo XV en el que podremos visitar el museo Etnográfico de Cracovia.

Kazimierz era una antigua ciudad cerca de Cracovia que más tarde se convirtió en el barrio judío de la ciudad y fue habitado por estos hasta 1939. Casi todo lo que hay que ver en Kazimierz se encuentra en la calle Szeroka y sus alrededores. A parte de sus casas y la decoración, sus sinagogas y lo bonito del barrio, destacaría un par de lugares de interés:

La Sinagoga Vieja: Concentraba toda la vida social y religiosa de la comunidad judía del barrio hasta la llegada del Holocausto. Ahora es parte del museo histórico de la ciudad.

La Sinagoga y el Cementerio Remu: La sinagoga fue construida en el siglo XVI y todavía sirve como lugar de culto. El cementerio Remu es el más antiguo de cracovia y da un poco de impresión la cantidad de lápidas góticas que encontramos.

En cuanto a la comida en Cracovia es bastante barato comer muy bien. Para los que vayan con presupuesto reducido recomiendo los "bares de leche", herencia del antiguo comunismo. Uno muy bueno es el Pod Filarkami que hace esquina con la calle Dietla, cerca de la colina de Wawel.

Pero si lo que quereis es pegaros la comida de vuestra vida os recomiendo el Ogniem i Mieczem, un restaurante en el que podréis probar la comida típica polaca rodeados del ambiente del siglo XVII. Está un poco alejado del centro, justo en la orilla opuesta del Vístula en la plaza Serkowskiego.

El plato típico es el "Bigos", un plato contundente a base de carne, col, cebolal y ciruelas y las pierogi o empanadillas que pueden estar rellenas de cualquier cosa, dese carne, requeson, patatas, verduras...etc

La cerveza polaca es también muy buena, sobre todo la Okozim y su
vodzcka muy famoso, yo no soy muy aficionada al wodzka y aunque lo probé no sabría decir si es mejor o peor que otros pero hubo quien lo disfrutó bastante.

Y para despedir este post os dejo una muestra de los platos del
Ogniem i Mieczem.





Fotos:Marta

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